Ya ha pasado un mes del descalabro deportivo que sufrió el Cádiz CF en tierras burgalesas. El descalabro del club viene de bastante más atrás...
Si el quedar eliminado a las primeras de cambio de los playoff de ascenso podía tener una "ventaja", ésa era el poder comenzar a preparar la plantilla del año siguiente unas semanas antes que tus (teóricos) futuros rivales.
Pues ni eso. Entre una cosa y otra, han ido pasando las semanas y no se ha hablado de otra cosa que de rumores. Primero unos brasileños y después unos ingleses, vamos, que el Carranza parecía las oficinas de la ONU.
¿Y qué tenemos a día de hoy? NADA. Muñoz sigue sin vender. Como probablemente nadie le daba la barbaridad que estará pidiendo, pues parece que su decisión será cederle la dirección del club a Quique Pina, presidente del recién ascendido Granada CF.
Yo, personalmente, prefería una venta. Sé que es difícil que alguien venga a Cádiz y se gaste un dineral en un club en ruinas y en Segunda División B. Y sé que es probable que el que venga sea un elemento del tipo de Alí Sayed, propietario del Racing. Pero ¿de qué va a servir la cesión del club? Si el club sigue perteneciendo a Antonio Muñoz, el dinero va a brillar por su ausencia; hace ya tiempo que decidió no invertir ni un euro más en nuestro centenario club.
En este último mes las cosas han cambiado, pero desgraciadamente no podemos decir que para bien.
